Test drive

Test de Ferrari 458 Spider

Domamos al Cavallino en la pista

Test de Ferrari 458 Spider

Antecedentes

El 458 fue un parteaguas para la marca italiana, pues estrenó el lenguaje de diseño que veríamos posteriormente en el F12 berlinetta, el FF y LaFerrari. Pertenece a esta serie de modelos icónicos de Ferrari con motor V8 central como el F430, el 360 Modena, 355, 348, 328, 308 (aquel que usó Tom Selleck en la serie de Magnum P.I.) y que se remonta hasta al Dino, uno de los primeros autos de la marca en utilizar un motor más pequeño que el clásico V12.

Se presentó en 2009 con el nombre de 458 Italia y una carrocería coupé pero en 2011 veríamos esta variante convertible cuyo apellido se ha mantenido por más tiempo que en el coupé, el 458 Spider. Como novedad estaba el sistema del toldo ya que abandonó la lona para hacer lugar a un toldo duro retráctil, el primero de la marca en un auto de motor central y que más bien lo podríamos catalogar como un Targa ya que se remueve únicamente la parte de encima, manteniendo los postes A y B.

Ferrari es una marca que todo el mundo conoce, no importa si eres diseñador de modas, obrero, alto ejecutivo o habitante de un pueblo lejano, si ves un auto rojo con aires deportivos asumirás que es un producto de la casa de Maranello. Y es que la fama no es en vano pues es uno de los nombres más longevos en Fórmula 1 (donde empezó) y llevan más de 70 años creando sueños para los entusiastas de los autos.

Precio: 261,120 dólares

 

Características técnicas y mecánicas

A espaldas del conductor y pasajero se encuentra uno de los mejores motores que hemos podido probar, se trata de un V8 de 4.5 litros pero no es como los V8s americanos a los que podríamos decir estamos “acostumbrados” pues gira hasta las 9,000 rpm donde entrega una potencia de 570 hp, el torque es bastante menor al ser un motor de aspiración natural con unas muy respetables 398 libras-pie a 6,000 rpm.

La transmisión, como empieza a ser tradición en este tipo de súper autos es únicamente “automática” pues los tres pedales parecieran ser una cosa del siglo pasado. Decimos que es automática entre comillas pues en realidad es una manual robotizada con doble clutch que cuenta con siete velocidades. Esto significa que es sumamente rápida para hacer los cambios y que el consumo de combustible es más bajo a velocidades contenidas.

Cuando se presentó esta versión descapotable, los puristas pusieron el grito en el cielo pues normalmente un auto convertible de toldo duro es mucho más pesado que uno tradicional de lona, pero ¡oh sorpresa! Ferrari logró que tanto el mecanismo como el mismo toldo fueran más ligeros que el que habrían utilizado con el de lona, al ocupar aluminio para el toldo y logrando así un increíble peso de sólo 55 libras (25 Kg). Esto significa que la aceleración de 0 a 62 mph (100 km/h) es la misma que la del coupé, en rapidísimos 3.4 segundos mientras que la velocidad máxima sí se redujo de 201 mph (325 km/h) a “sólo” 198 mph (320 km/h).

 

Confort

El interior es una mezcla entre materiales de muy buena calidad y el diseño radical que ahora cuenta Ferrari. Sorprendentemente, no presume con el mismo nivel de ensamble por ejemplo de un Porsche que se acerca a la perfección. Encontramos algunos enrases aquí y allá que no son tan buenos pero la verdad es que la sensación de calidad y de que es un auto especial está presente desde el momento desde que abres la puerta.

Cuenta con amenidades como el sistema de audio y aire acondicionado, pero ¿acaso importa? Manejar un Ferrari es uno de los últimos lujos que puede existir en el mundo.

El volante es una de las piezas más complicadas pues adopta muchos de los botones y funciones que encontraríamos en las palancas detrás del volante de un auto normal. Esto significa que además del Manettino con el que se selecciona el modo de manejo (también el nivel de intrusión de las ayudas electrónicas) y el botón de arranque, encontramos los botones de las luces, direccionales, limpiadores y hasta la firmeza de la suspensión. Finalmente, el claxon no está al centro del mismo, sino en donde apoyarías los dedos pulgares de cada lado.

A los costados del tacómetro (que por cierto toma el papel dominante en el cuadro de instrumentos) encontramos dos pantallas de información en la que se puede observar el velocímetro digital e información de la navegación por ejemplo, pero una vez más parece que lo importante es más bien el manejo, la velocidad y la velocidad de giro del motor.

 

Manejo

Nos dieron la llave triangular roja –que curiosamente sigue siendo una llave común y corriente y no estos transponders que utilizan casi todos los autos modernos- y nos señalaron el auto a probar. Abrimos la puerta al interior negro con gris, nos sentamos en el bajísimo asiento e introdujimos la llave para girarla. Curiosamente hay que hacer esto además de oprimir el botón rojo del lado izquierdo del volante para iniciar el funcionamiento del V8 de 4.5L colocado a nuestras espaldas. El sonido característico de Ferrari se hace inmediatamente presente con un rugido metálico y agudo en la parte final, estamos listos para arrancar… o tal vez no pues no encontramos cómo poner la transmisión de siete velocidades y doble embrague en primera.

Todo ese tiempo de espera para manejar por primera vez un Ferrari, tantos años de experiencia probando autos… tuvimos que pedir ayuda. Me sentí completamente ignorante, pues además lo único que había que hacer era jalar la paleta de cambios ascendente (la del lado derecho) hacia nosotros.

Ahora sí, después del momento embarazoso presionamos el acelerador y salimos a la pista para dar unas primeras vueltas y calentar el motor antes de presionar el pedal derecho a fondo y llegar hasta las 9,000 rpm que marcan la zona roja del tacómetro.

La dirección y el balance es lo primero que llama nuestra atención pues los cambios de dirección son prácticamente telepáticos, tardas más en girar el volante que el auto en apuntar hacia donde llevas la vista. El balance de pesos es completamente neutro y el centro de gravedad está pegado al suelo, provocando que la estabilidad sea de lo mejor que hemos podido probar. La falta del toldo parece no afectar la rigidez estructural, está perfectamente bien desarrollado para ofrecer las mismas capacidades dinámicas que la variante coupé.

Salimos a una recta y finalmente llevamos el pie hasta el final de su recorrido. Inmediatamente el motor sube de revoluciones y aunque la aceleración no es tan agresiva como en otros motores sobrealimentados, nos gusta esa progresión en la entrega de poder que caracteriza y le da tanto sabor a los motores de aspiración natural. Primera, segunda, tercera velocidad y ya vamos a más de 85 mph (140 km/h), la transmisión es rapidísima, así que las revoluciones prácticamente no se caen con cada cambio.

El sonido merece un párrafo aparte ya que el Italia es bastante sonoro pero a Ferrari le preocupaba que la turbulencia aerodinámica creada por la falta del toldo en el Spider arruinaría la experiencia, así que le cambió los silenciadores por unos más ruidosos, creando un sonido único y que supera a cualquier sistema envolvente de alta fidelidad que podría tener en el interior.

El auto que probamos estaba equipado con el paquete opcional de frenos de carbón-cerámicos que además de aguantar más la fatiga, son más ligeros pues el conjunto de los cuatro pesa menos que uno solo de acero. La desaceleración es impresionante y si le exiges al sistema, hasta sientes que se te salen los ojos.

 

Conclusión

Finalmente tuvimos que regresar el auto a la gente de la marca, pero nos llevamos una grata experiencia al manejar este 458 Spider. Hay quienes dicen que conocer a tus héroes es un error y que puede terminar en una decepción total, ese no fue el caso para mí y Ferrari, el auto es todo lo que podrías pensar e inclusive mejor. Sí efectivamente tiene algunos detalles de ensamble en el interior pero todo pasa a segundo plano una vez que lo manejas, es realmente de lo mejor que hemos probado y se ganó a pulso su lugar dentro de los mejores autos de 2014.

 

Ferrari 458 Spider

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