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Pagani Zonda Revolucion, una edición especial del súper auto que parece nunca morir

Una nueva edición del Zonda, porque los buenos nunca mueren.

Pagani Zonda Revolucion, una edición especial del súper auto que parece nunca morir

 

Como si fuera un músico al que el público le pide otra canción más, o un actor al que los espectadores no dejan de aplaudirle, el Zonda siempre reaparece en el escenario. Su prometida “edición final” ya suena como a un chascarrillo cómplice de Horacio Pagani, que con cada nueva edición que promete ser la última, nos deja con la esperanza (y posterior regocijo) de conocer a una versión mejorada.

El Revolucion es esta versión. Es nada más ni nada menos que el Zonda más extremo, bestial y emocionante de Pagani, tan salvaje que no tiene lugar en el mundo civilizado pues no puedes usarlo en la calle, sólo está permitido su uso en circuitos de carreras.

¿Qué lo hace tan especial?

Empecemos por el motor. Lo ideal sería algo potente, confiable, preciso; seguro que un V12 de 6.0 L que entregue 800 Hp fabricado en Alemania por nada menos que AMG deje satisfecho a cualquiera. Lo que sigue es montarlo sobre un chasis liviano pero a la vez rígido, ¿qué tal un monocasco que combine íntegramente la fibra de carbono con el titanio? Suena bastante bien. Agrégale a esa combinación explosiva el armonioso diseño italiano, la dedicación minuciosa de la fabricación artesanal y la exclusividad de que sean sólo cinco unidades las que salgan de fábrica. Ya tienes todo listo para una “Revolución” en tu garage.

Este nuevo Zonda, además, cuenta con algunos gadgets que te pueden hacer tomar la loca decisión de desembolsar casi tres millones de dólares por él: cuenta con un sistema de control de tracción Bosch de 12 pasos, una caja secuencial de seis velocidades que demora 20 milisegundos en cambiar de velocidad (sí, todo es rápido arriba del Zonda) y la inclusión de la aerodinámica activa, con un estabilizador vertical montado en la cajuela y un sistema de reducción de arrastre (Drag-Reduction-System, ó DRS para los que estén familiarizados con la F1) que puede ser operado por el conductor, eso sí, bajo su propio riesgo.

Sí, ya lo sabemos, es mucho dinero. Es más, con tres millones de dólares se podría ayudar a mucha gente, o también se podría invertir de una forma más inteligente. Pero este auto significa otra cosa, no es ni una compra racional, ni mucho menos una acción benéfica, es simplemente tener en tus manos a uno de los juguetes más infernales creados por el hombre, ni más ni menos que eso.

Por suerte, para tí, las fotos son gratis. Disfruta de la galería relacionada.

 

 

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